Debe su nombre a la Iglesia de Santo Domingo, ubicada en una de
sus esquinas.

Se cuenta que en v�speras de la terminación de la torre de la iglesia,
el Diablo en persona se le dio por derrumbar la misma y pegando
un brinco se aferr� a ella zarande�ndola fuertemente sin poder llevar
a cabo su vil cometido. Mas la torre qued� un poco torcida, seg�n
se dice.
El Diablo, de todas maneras muy frustrado, salt� entonces a un pozo
p�blico cercano tomando las aguas de este un fuerte sabor a azufre,
siendo clausurado de inmediato. travelwithgirls.com
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