Después de alcanzada la independencia definitiva de España en la segunda década del siglo XIX, Cartagena de Indias se vió sumida en una época de decaimiento que duraría más de cien años.
Parte del origen de este declive se ubica en la Independencia, cuando vendría el Sitio de Morillo, que fue catastrófico para la ciudad por la mortandad humana que causó. Luego aparecerían las guerras internas en el país que más de una vez afectaron la tranquilidad de la ciudad. Llegaría el cólera, para colmo de males, reduciendo de nuevo la población de la ciudad considerablemente.
El comercio que en la Colonia fuera de los más activos en la región sufrió un revés al perder la ciudad la importancia que ostentara en esa época, viendo impotente el crecimiento de la población de Barranquilla, localizada a orillas del río Magdalena, cerca de su desembocadura, y que se convertiría en el más importante centro económico hasta hoy.
Los abandonados fuertes, baluartes y murallas de la decaída ciudad, fueron testigos mudos del prolongado sopor en que se sumergió con el paso de los años y del que sólo saldría bien entrado el siglo XX. Es en la década del 50 cuando la Ciudad Heroica se despereza luego de tan larga pausa.
La intermitente navegación por el Canal del Dique es restablecida luego de que este fuera debidamente dragado y reestructurado para el servicio permanente de la ciudad en 1951.
El oleoducto de Mamonal proveniente de Barrancabermeja, iniciaría una etapa de reactivación económica con el advenimiento de la industria petroquímica que llegaría para quedarse.
Más tarde Cartagena de Indias se comunicaría eficientemente con el interior del país mediante la vía Troncal de Occidente.
La renaciente ciudad se constituiría con el tiempo en importante puerto marítimo para el comercio nacional, compitiendo a la par con Barranquilla.
El florecimiento de una nueva actividad económica, el turismo, ampliaría los horizontes de progreso para Cartagena de Indias, que volvería a ver en su historia y su centro amurallado la riqueza perdida en otros tiempos, que en una oscura época se consideró un "estorbo" para el desarrollo, mas ahora se le mira con otros ojos, por el valor incalculable que representa.
Declarada Monumento Nacional en 1959, y Patrimonio Histórico y Cultural de la Humanidad en 1984 por la UNESCO, Cartagena de Indias, hoy una ciudad alegre y cálida, se proyecta como una de las metrópolis líderes en Colombia con miras en un futuro promisorio lleno de esperanzas y bienestar. |