Esta plazoleta era el lugar preferido por los monjes del Convento
de San Francisco de Asís (ubicado en un extremo) para pasar y refrescarse
en momentos de sofoco. También fue el punto de reunión de Don Pedro
Romero con las multitudes cartageneras para de allí salir a respaldar
a los firmantes del Acta de Independencia del 11 de noviembre de
1811.