En un principio se le llamó Calle de Nuestra Señora del Pópolo.
Para mediados de 1876 Cartagena fue asolada por una terrible epidemia
que llamaron "El Tablón", que no fue otra cosa sino lo que hoy conocemos
como un resfriado muy fuerte. La peste acabó con bastante gente
en la ciudad. Hubo casas donde no sobrevivió nadie.
Cuando los vecinos del barrio de San Diego iban a enterrar a sus
difuntos tenían que pasar por esta calle y hubo la casualidad que
en dos o tres veces, por el pésimo estado de esta vía, los que cargaban
el muerto cayeran con todo y ataúd por el suelo.
Y desde ese año de 1876 cada vez que alguien quería dar una dirección
de la calle decía: "allá en la calle donde tumban los muertos".
Y según dicen que a los vecinos hasta se les ocurrió que en esa
calle había alguna clase de duende que festejaba cuando hacía caer
a los fúnebres transeúntes.
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