Para la llegada del pirata Baal, Cartagena de Indias aún estaba sin fortificar y fue blanco fácil del francés.
La víspera del matrimonio de una sobrina de Heredia, temprano en la mañana, entraron sorpresivamente los piratas en la ciudad, y ya dentro comenzaron a tocar los instrumentos de guerra. Los cartageneros, creyendo que era la música de fiesta de la boda, acudieron desarmados y tarde se dieron cuenta de su equivocación, cuando la ciudad ya estaba completamente ocupada.
Don Pedro de Heredia se batió a espada y en franca lid en su propia casa con los invasores, mas la ventaja numerosa del enemigo le obligó a salir huyendo y esconderse en las cercanías junto con sus familiares.
El precio del rescate por la ciudad fue de 200.000 pesos en oro que bastaron para satisfacer la codicia de los franceses quienes luego abandonarían la villa. |