Durante la República, Cartagena de Indias fue decayendo poco a poco y con el paso de los años perdería la vitalidad y preponderancia que ostentara durante la Colonia. De poderoso y bien resguardado puerto negrero comercial, pasó a una simple villa cuyos fuertes, baluartes y murallas fueron testigos mudos del ocaso de la ciudad. Ya no serían sino reliquias, recuerdos de un pasado glorioso que no volvería a repetirse para quedarse estancado en el pozo del olvido.
Es en el siglo XX cuando la ciudad renacería de entre las cenizas para reafirmarse entre las más influyentes en el futuro de Colombia, convertida ya en puerto turístico, industrial y comercial, dentro de los mejores de la Cuenca del Caribe. |